¿Qué es el TDAH y cómo afecta tu día a día?
Cuando hablamos de “qué es TDAH”, nos referimos al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, una condición del neurodesarrollo que afecta a millones de personas en todo el mundo, tanto en la infancia como en la edad adulta. El TDAH se caracteriza principalmente por tres síntomas nucleares: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Estos síntomas, presentes desde la infancia, pueden persistir a lo largo de la vida y tienen un impacto significativo en el funcionamiento cotidiano, académico, laboral y social de quienes lo padecen.
¿Qué es TDAH?
El TDAH es una alteración neurobiológica que implica diferencias en el desarrollo y funcionamiento del cerebro, especialmente en áreas relacionadas con la atención, el control de impulsos y la autorregulación emocional. No se trata de un problema de voluntad, disciplina ni de inteligencia, sino de una condición médica reconocida y ampliamente estudiada.
El diagnóstico suele realizarse en la infancia, aunque no es raro que algunos casos pasen desapercibidos hasta la adolescencia o la adultez, especialmente en personas cuyo síntoma predominante es la inatención. Se estima que afecta aproximadamente al 5-8% de la población infantil y puede persistir en hasta el 60% de los casos en la vida adulta.
Tipos de TDAH
Existen tres presentaciones principales, según los síntomas predominantes:
- TDAH predominantemente inatento: Dificultad para mantener la atención, organizar tareas, seguir instrucciones y tendencia a la distracción.
- TDAH predominantemente hiperactivo-impulsivo: Inquietud motora, necesidad de moverse constantemente, dificultad para esperar turnos y tendencia a interrumpir.
- TDAH combinado: Se presentan síntomas tanto de inatención como de hiperactividad e impulsividad. Es la forma más frecuente.
¿Cómo afecta el TDAH en el día a día?
El TDAH impacta múltiples áreas de la vida cotidiana, y sus efectos varían según la edad, el entorno y el tipo de síntomas predominantes:
En la infancia y adolescencia
- Rendimiento escolar: Los niños con TDAH suelen tener dificultades para concentrarse en clase, seguir instrucciones o completar tareas, lo que puede traducirse en bajas calificaciones y frustración.
- Relaciones sociales: La impulsividad y la hiperactividad pueden dificultar la integración con sus pares, generar conflictos o ser percibidos como “molestos” o “despistados”.
- Autoestima: La acumulación de fracasos o críticas puede afectar la confianza en sí mismos y aumentar el riesgo de problemas emocionales, como ansiedad o depresión.
En la adultez
- Desempeño laboral: La falta de atención y la desorganización pueden dificultar la gestión de tareas, el cumplimiento de plazos y la adaptación a entornos estructurados.
- Vida personal: La impulsividad puede traducirse en dificultades para mantener relaciones estables, tomar decisiones precipitadas o gestionar el tiempo y las responsabilidades diarias.
- Salud mental: Es frecuente la coexistencia de otros trastornos, como ansiedad, depresión, trastornos del estado de ánimo o abuso de sustancias.
El papel de la función ejecutiva
Uno de los aspectos centrales del TDAH es la alteración de la función ejecutiva, es decir, el conjunto de habilidades mentales que permiten planificar, organizar, iniciar y finalizar tareas, controlar impulsos y regular emociones. Por eso, el TDAH no solo implica “distraerse fácil”, sino también dificultades para priorizar, recordar compromisos, gestionar el tiempo o adaptarse a cambios inesperados.
Mitos y realidades sobre el TDAH
Es importante desterrar algunos mitos frecuentes:
- No es una cuestión de pereza ni de falta de interés. Las personas con TDAH suelen esforzarse mucho más de lo que parece para cumplir con sus obligaciones.
- No es exclusivo de niños. El TDAH puede persistir en la adultez y afectar a ambos sexos, aunque a veces se presenta de forma diferente en mujeres y hombres.
- No todos los casos son iguales. La intensidad y combinación de síntomas varían en cada persona, y pueden cambiar a lo largo de la vida.
¿Por qué es importante el diagnóstico y el tratamiento?
Un diagnóstico temprano y adecuado es clave para evitar complicaciones a largo plazo, como el fracaso escolar, problemas de autoestima, dificultades laborales o deterioro de las relaciones personales. El tratamiento suele ser multimodal, combinando intervenciones psicopedagógicas, terapia psicológica y, en algunos casos, medicación. El objetivo es ayudar a la persona a desarrollar estrategias de afrontamiento, mejorar la organización y reducir el impacto de los síntomas en su vida diaria.
Vivir con TDAH: desafíos y fortalezas
Aunque el TDAH supone retos importantes, también puede estar asociado a cualidades positivas, como creatividad, energía, capacidad de hiperfoco en actividades motivantes y una visión diferente para resolver problemas. Con el apoyo adecuado, las personas con TDAH pueden desarrollar todo su potencial y llevar una vida plena y satisfactoria.
En definitiva, entender qué es TDAH es el primer paso para acompañar, apoyar y promover la inclusión de quienes conviven con esta condición, tanto en el ámbito familiar como educativo y laboral. Reconocer sus desafíos, pero también sus fortalezas, es fundamental para construir entornos más comprensivos y accesibles para todos.