Introducción:
Las rutinas pueden ser herramientas poderosas para las personas con TDAH, pero los métodos tradicionales muchas veces no se adaptan a sus necesidades. Aquí aprenderás cómo crear rutinas flexibles y realistas que realmente funcionen.
Por qué las rutinas clásicas pueden fallar
Las rutinas rígidas exigen seguir horarios estrictos y pasos exactos, lo que puede generar frustración cuando el TDAH provoca cambios de energía, motivación o concentración.
Diseña rutinas personalizadas
Elige pocos pasos clave para cada rutina y adáptalos a tu estilo de vida. Por ejemplo, en lugar de una lista de 10 tareas matutinas, crea una secuencia sencilla como: levantarse → higiene → desayuno → plan del día.
Usa recordatorios visuales
Coloca notas adhesivas, pizarras, planificadores o usa apps para que tus rutinas estén siempre a la vista. Las señales visuales ayudan a recordar qué viene después y facilitan retomar el hilo si te distraes.
Ajusta tus rutinas con el tiempo
No te frustres si una rutina no funciona a la primera. Evalúa semanalmente qué partes te resultaron útiles y cuáles no, y haz pequeños cambios hasta encontrar un sistema que te sirva.
Conclusión:
Una rutina efectiva y flexible es como un mapa que te guía en los momentos de caos. Construirla a tu medida puede marcar la diferencia entre un día productivo y uno lleno de frustración.